LAS FUERZAS OCULTAS
DE LA CASA 12
Uno puede
perderse en el laberinto de su duodécima casa y andar a la deriva y sin timón
por la vida, extraviado en un mundo privado y oscuro, con temor de que los
demás descubran lo que uno esconde, o sometido a la voluntad de los demás y en
franca dependencia de drogas y alcohol.
O bien puede uno aprender a abrirse y empezar
a transformar esas energías en amor, fe o un sentido de trascendencia, y
motivarse para expresar externamente esas experiencias mediante sus relaciones,
proyectos creativos o su trabajo.
A fin de
abrirnos a todas las energías positivas y curativas propias de la Casa 12 (que solemos
reprimir para no tomar consciencia de ellas), lo primero que tal vez necesitemos
hacer es enfrentarnos con los temores, odios, sufrimientos, pérdidas,
humillaciones y todo lo demás que, desde el pasado, nos inhiben e impiden estar
despiertos ante nuestro verdadero yo.
Las
experiencias asociadas con los planetas de la Casa 12 tienen una gran carga
emocional. Uno deposita en ellas mucha energía psicológica.
Cuanta más
energía reprimimos menos energía disponemos para la vida diaria. Entonces uno
se agota física y emocionalmente. Además, cuanto más nos negamos a prestar
atención a la existencia de estas energías que tanto nos asusta mirar de frente,
más se desarrolla tanto el falso ego como la imagen distorsionada que tenemos
de nosotros mismos, independientemente de nuestro verdadero ser. Nuestra
consciencia acerca de nosotros mismos se vuelve muy limitada y empezamos a funcionar
como una peonza que siempre gira en pequeños y repetidos círculos, rodeados de
un muro que formamos a nuestro alrededor impidiéndonos darnos cuenta de nuestra
esencia total.
Debemos
entonces estar defendiéndonos continuamente contra las fuerzas extrañas,
existentes dentro y fuera de nosotros, que amenazan la imagen que nos hemos
formado de nosotros mismos.
Estas
energías que reprimimos no sólo operan de manera compulsiva e indirecta, o a
través de las personas y experiencias que atraemos, sino que también cuando
estamos estresados, agotados o agobiados, esas energías reprimidas tienden a
hacer eclosión y logran controlar nuestros sentimientos y comportamientos, de
una manera a menudo dramática, o cuanto menos humillante para la imagen que nos
hemos formado de nosotros mismos.
Cuanto más nos
neguemos a reconocer estas energías, más las sentiremos como fuerzas extrañas
que se hacen dueñas de nosotros y son una amenaza para nuestro ego, para
nuestra valía personal y para nuestra capacidad de controlarnos.
Por
lo común deberemos reconocer la presencia de estas energías, experimentarlas
emocionalmente y empezar a aceptarlas antes de que ellas empiecen a
transformarse.
A
medida que esas energías se vuelven conscientes y son aceptadas, los Planetas y
Signos de nuestra Casa 12 empiezan a revelar sus dones ocultos y a integrarse
con el resto de nuestra vida.
Podemos
acudir a psicoterapia, si lo consideramos necesario, o practicar alguna forma
de meditación, o trabajar con los sueños, llevando un diario de lo que nos
dicen éstos, para facilitar el proceso de recuperar e integrar las distintas
facetas del yo.
Cualquiera
que sea el método utilizado, surgirán y saldrán a la luz sentimientos molestos,
que nos incomodará el mirarlos de frente. No es necesario que los combatamos,
sino que deberemos dejarles espacio para que, lentamente vayan modificando la
imagen distorsionada que teníamos de nosotros mismos, nuestras actitudes y
pautas de comportamiento inmaduras.
Necesitaremos
aprender a dejar de juzgarnos por esos sentimientos y pensamientos molestos,
como si éstos fueran partes de nosotros. Con el tiempo, es probable que
lleguemos a desarrollar fe y confianza en nuestra capacidad de atravesar y
transcender esos sentimientos negativos, hasta que conectemos con los sentimientos
positivos que se esconden tras ellos.
Cuanto
más material haya reprimido, más tiempo puede necesitar para digerir este
material nuevo; pasar del dolor de reconocerlo a su aceptación y luego, al
amor, a la alegría y a la energía que fluye libremente, pero que está encerrada
detrás de todo aquello.
Aunque las
dificultades de la duodécima casa sean muchas, es probable que sus dones sean
también innumerables. La Casa 12 no sólo indica nuestras debilidades ocultas
sino también nuestras fuerzas ocultas.
-Extractado del libro: “Su Yo secreto”, de Tracy Marks.
hasta ahora son solo dificultades-fobias,complejos,etc
ResponderEliminarEntonces el trabajo está a medio hacer.
EliminarO no comprende uno realmente lo que sucede dentro de sí, o hace falta algo más de tiempo para que todo encaje suavemente en nuestro interior.
Puede que para ello tengamos que dejar de juzgarnos y empezar a amarnos, a pesar de nuestras imperfecciones.