jueves, 29 de agosto de 2019

LA SEGUNDA CUADRATURA DE URANO TRANSITANTE A URANO NATAL


La segunda cuadratura de Urano transitante a Urano natal ocurre hacia los 63 años, cerca del segundo retorno de Saturno, y este es un momento de cambios importantes en la orientación y en el enfoque que uno tiene hacia la vida y hacia los valores personales y sociales.
Se le puede llamar a este tiempo “crisis de reorientación”, cuando uno siente la necesidad de hacer reajustes significativos en su vida.

Habitualmente se manifiesta una gran necesidad de expresar la propia individualidad, de querer hacer valer los propios derechos y de rebelarse contra todo lo que se le ha impuesto, y de todo aquello que ha impedido que uno pueda hacer las cosas según su propia manera de entenderlas y de realizarlas.

La preocupación más obvia de este tránsito es el envejecimiento. Hay personas que hacia esta época renuncian a seguir creciendo, se quedan estancadas en un estado de desánimo y paralización psíquica y física, obsesionados por el pasado, por la pérdida y por las oportunidades que han desaprovechado.
Afortunadamente, sin embargo, no todo el mundo reacciona de esta manera.
Algunas personas aceptan el hecho de que son más viejos y siguen adelante con las tareas que tengan entre manos, sacando el mejor partido del tiempo que les queda.

Nuestra tarea ahora es separar lo que es importante para nosotros de lo que no lo es.

Es probable que empecemos a sentirnos más distantes y menos implicados con los problemas y las preocupaciones que antes fueron prioritarias para nosotros.
Tras haber discriminado entre lo que tiene realmente valor para nosotros y lo que no lo tiene, ahora podemos descubrir que nuestro interés por las cosas que consideramos dignas de atención, y que nos hacen sentir vivos, se ha vuelto aún más intenso.
Ahora tiene uno la oportunidad de enriquecer su vida de otra manera, desde un punto de vista interno y personal, según su propia comprensión y filosofía particular, producto de largos años de vida y de la experiencia adquirida por las vivencias.

Un problema común para las personas que se acercan a la jubilación es que no tienen ni idea de qué hacer con su tiempo libre. 
Todo lo que saben hacer es realizar su trabajo, y cuando eso termina, su vida efectivamente termina.
Esta es la crisis presentada por este tránsito. 
Uno debe darse cuenta de que la riqueza de su vida no solo proviene de sus logros en el mundo exterior de los negocios y de la sociedad, sino también de lo que sabe y entiende sobre la vida.
Al vernos con más tiempo libre y menos responsabilidades que nunca, nos queda por delante la tarea de dar un significado nuevo a nuestra vida.

A partir de los 63 años, hombres y mujeres necesitan encontrar algo que los ocupe y llene su tiempo.
Nos vemos forzados a enfrentarnos con uno de los principales miedos existenciales, el de la pérdida de estructura, que nuestra vida deje de tener sentido y ritmo.

Podemos usar nuestro tiempo libre para cultivar una afición o una habilidad que en su momento pueda ayudarnos a llenar el vacío que deja la jubilación.
Si lo planeamos con anticipación, es más probable que sepamos usar de manera constructiva la segunda cuadratura Urano-Urano.
No tenemos que esperar a que se produzca el tránsito para empezar a buscar actividades y proyectos interesantes que no tengan nada que ver con nuestro trabajo ni con el ámbito doméstico.

Podemos pasar el resto de nuestra vida estando en estrecho contacto con nosotros mismos, y aprender a expresar mejor los valores de nuestro ser interior.
Y esto es mucho mejor que quedarse paralizado ante unos años que podemos ver como carentes de significado y de provecho.
Urano nos pregunta: ¿qué vas a hacer con tu vida a partir de ahora? ¿Eres realmente tú, según tu ser interior y tu verdadera esencia, o has vivido solamente según lo que la sociedad o alguien más esperaba de ti?

Encontrar las respuestas a estas preguntas, y actuar en consecuencia, nos orientará acerca de cómo estamos enfocando esta nueva etapa de nuestra vida que se abre ante nosotros.

-Tránsitos y conciencia. Miguel Caparrós



martes, 13 de agosto de 2019

CÓMO INTERPRETAR LOS TRÁNSITOS DE URANO

Urano, el primero de los planetas transpersonales, tarda unos 7 años en cambiar de Signo, por lo que dependiendo del tamaño de las casas, emplea más o menos ese tiempo en transitarla.
Cuando aspecta a un planeta natal, o a un ángulo de la carta (por ejemplo el Ascendente) emplea unos 2 años en hacer el tránsito, debido a su movimiento retrógrado anual, ejerciendo su influencia durante dicho tiempo.

¿Qué simboliza Urano? Le llaman el “despertador” del zodíaco. Viene a “despertar”, a hacer una llamada de atención sobre aquellos aspectos de nuestro carácter o comportamiento que estén desactualizados, anticuados o que ya no nos sirvan para este momento de nuestra vida.

Urano significa cambios, reajustes, trastornos repentinos o accidentes súbitos, sorprendentes e inesperados.
Urano es representado por el rayo, esa chispa eléctrica que tiene lugar cuando en una tormenta se descarga la tensión existente en la atmósfera mediante liberadores relámpagos eléctricos.
Urano es revolución, avances científicos y sociales que nos ayudan a evolucionar como sociedad en su conjunto, y también como individuos libres y autónomos.
En cambio, Saturno es la energía de conservación y de la tradición: “lo que funcionó en el pasado debe seguir funcionando en el presente”.

Visto desde este ángulo, estos dos planetas son “enemigos acérrimos”, pues simbolizan cosas totalmente opuestas.
Saturno: “el status quo, lo establecido, la tradición, los poderosos, la autoridad”, frente a Urano: “la rebeldía, la revolución, los cambios, lo novedoso”.
La sociedad cambia gracias a la energía Uraniana. Nosotros también.

Cuando Urano transita a un planeta natal nuestro, por ejemplo el Sol, lo que intenta la vida es que hagamos una revisión de nuestro comportamiento, forma de ser y de actuar, para que demos lugar a aquellos reajustes o cambios profundos que sean necesarios, dependiendo del estado en
que estemos, de modo que en nuestra vida diaria seamos un reflejo fiel de la verdadera esencia de nuestro Sol, de forma equilibrada.

Por ejemplo, si tenemos al Sol en Capricornio nuestra esencia es la responsabilidad, la disciplina, el realismo, el tesón, etc.
Si en cambio, debido a una debilidad de carácter o a cualquier otra razón, no estamos actuando así en nuestra vida, sino que nos mostramos dependientes de otros para que nos resuelvan los problemas, y nos cuesta enfrentarnos a la aspereza y a los retos que la vida nos plantea a todos, entonces Urano en tránsito nos “obligará” a cambiar, mediante acontecimientos súbitos y radicales (en caso que el aspecto sea una cuadratura o una oposición, o cualquier otro aspecto de tensión), o bien nos “sugerirá o invitará” a que tenemos que hacer esos reajustes o cambios profundos que sean necesarios (si el aspecto es fluido o fácil, como un sextil o un trígono), mediante oportunidades que se nos presentan para que tomemos conciencia de la necesidad de cambio.

Pongamos otro ejemplo: Urano transitando en cuadratura a nuestro Mercurio natal.
Esto significa que ha llegado el momento de que hagamos grandes cambios y reajustes en nuestra forma de pensar y de comunicarnos.
El tránsito, en su manifestación física, acelerará nuestro sistema nervioso y nuestro proceso mental, volviéndonos hiperactivos mentalmente y con gran tensión interior.

Esto, de una manera u otra nos obligará a confrontarnos con nuestro proceso mental (¿cómo nos hablamos habitualmente a nosotros mismos?), y debido a la brusquedad de nuestras reacciones ante los demás y a su respuesta ante nuestra agresividad o falta de tacto, tendremos muchas discusiones y conflictos con ellos, lo cual nos obligará a plantearnos si realmente deberíamos hablar y decir las cosas de otro modo.
Y con un poco de suerte el tránsito habrá conseguido su objetivo: que hagamos los cambios que fueran necesarios en nuestro modo de pensar y de comunicarnos.

Como vemos, si somos conscientes del significado del tránsito podemos cooperar con él y hacer que el inevitable cambio tenga lugar, de una forma más fácil o por el contrario más difícil.

Otro ejemplo, Urano en tránsito por nuestra casa 7.
Las relaciones de pareja y aquellas otras más personales se verán puestas a prueba. Algo deberemos cambiar en la forma de relacionarnos.
Con este tránsito muchas parejas se divorcian, pero solamente las que realmente antes de que llegara Urano ya estaban mal, o tenían grandes diferencias difíciles de solucionar.
Si hacemos los reajustes necesarios (más atención a la pareja, cambios en la forma de hablarle o escucharle, buscar nuevas formas de reavivar la llama del amor, etc.) entonces nuestra relación sobrevivirá y mejorará, pero si no hacemos caso del requisito que nos hace el tránsito nuestra relación muy probablemente se romperá.

¿Ha producido el tránsito de Urano ese divorcio, o esos problemas de comunicación que estoy teniendo? 
No, el tránsito solamente ha sacado a la luz la verdad de cualquier situación que estemos viviendo ya, antes del tránsito.
Aprovechemos los tránsitos de Urano para hacer aquellos cambios que sean necesarios para seguir evolucionando y mejorándonos a nosotros mismos y a las circunstancias que nos rodean.

En la mitología griega Cronos (Saturno) castró a su padre Urano y lo encerró en el Tártaro, en las entrañas de la Tierra, pero de la sangre y del esperma de los testículos cortados de Urano nacieron las Furias: la envidia, la venganza y el odio.
Cuando la energía del cambio (Urano) es bloqueada, por miedo a lo desconocido, por temor a las consecuencias de nuestros actos sobre los demás, por la tradición o por el acostumbramiento a una situación (Saturno), entonces la energía que debía emplearse para avanzar se introvierte, se vuelve sobre sí misma, y nos provoca enfermedades en el cuerpo, o en la psique, como trastornos nerviosos.

Si bloqueamos los cambios que nos pide Urano entonces nacen las Furias dentro de nosotros, y nos atacan por haber desterrado nuevamente al dios del cielo, a las profundidades de la oscuridad de nuestro subconsciente.

Cuanto más nos resistamos al inevitable y necesario cambio, más fuertemente seremos obligados a hacerlo. O bien lo pagaremos con nuestra salud, física o mental.
Con Urano siempre es mejor cooperar.
No tengamos miedo a los tránsitos, tengamos miedo a no entender qué debemos hacer cuando ellos nos desafían.

-Tránsitos y conciencia. Miguel Caparrós


jueves, 8 de agosto de 2019

CÓMO INTERPRETAR LOS TRÁNSITOS DE SATURNO

Para interpretar correctamente cualquier tránsito hay que entender primero la carta natal, pues los tránsitos afectan a la carta natal, modificándola, o al menos intentándolo.
Imaginemos que una persona tiene mucho del Elemento Agua en su carta, siendo por lo tanto muy imaginativa, pero poco realista (a menos que otros aspectos de la carta hagan de contrapeso, por ejemplo un Saturno fuerte, que le daría Tierra, realismo).
¿Cómo viviría un tránsito de Saturno en conjunción a su Sol en Piscis, por ejemplo, esta persona?
La energía que representa Saturno es el realismo, además del esfuerzo y la disciplina, entre otras cosas. 
Saturno en tránsito pues nos pide ser realistas, darnos cuenta de la realidad de cualquier situación dada, o de cualquier carencia o exceso que el planeta transitado pueda tener, en este caso el Sol.

Todos los tránsitos de Saturno suelen “obligarnos” a que paremos la marcha, que vayamos más despacio, pues solo así podemos reflexionar sobre lo que nos está pasando o estamos sintiendo.
Normalmente la vitalidad nos baja, sobre todo en el caso del Sol, o de Marte; nos sentimos más cansados, a veces tenemos tendencia a resfriarnos más de lo habitual, o en casos más serios podemos sentirnos deprimidos o tristes.

Estos son los síntomas externos habituales de estos tránsitos, pero ¿qué sentido tienen? Pues el de obligarnos a parar la marcha, como dije antes.
Si uno no hace caso en absoluto de los pequeños avisos del viejo maestro Saturno, entonces las circunstancias nos obligarán a detenernos, de todos modos, mediante un accidente que nos tenga en cama durante un buen tiempo, o una gripe que se complica y no nos queda más remedio que detenernos.

Entonces, ¿nos ha castigado Saturno, el "planeta maléfico", a que caigamos enfermos o tengamos un accidente, o que tengamos una depresión? No, en absoluto. Nosotros con nuestro comportamiento hemos atraído una cosa o la otra. 
Con lo fácil que hubiera sido buscar más tiempo para estar a solas con nosotros mismos, o dar largos paseos reflexionando sobre lo que sentimos o sobre lo que estamos viviendo.

Bien, ya hemos visto el aspecto externo del tránsito. Del interno, psicológico, emocional, es precisamente de lo que el tránsito ha venido a darnos un toque de atención. 
¿Estamos siendo coherentes con la energía que representa nuestro planeta transitado, en este caso el Sol?
Si soy Piscis y estoy en contacto real con el principio básico del Signo, en positivo, con madurez y equilibrio, entonces debería ser una persona sensible, ponerme en lugar de los demás, tal vez gustarme el arte, la religión o la metafísica, la filosofía, etc.
Si aquí hubiera alguna carencia o exceso, Saturno nos pedirá explicaciones, tendremos que pasar una prueba, un examen de algún tipo, y dependiendo del resultado obtendremos una cosa u otra. 
Bien una “reprimenda” sintiéndonos mal por no estar siendo nosotros mismos, en positivo, o bien un refuerzo si estamos en el camino correcto o adecuado a la energía básica del Sol en Piscis.

¿Y si estamos expresando lo más negativo de Piscis, la mentira, las adicciones al juego, al alcohol, drogas o cualquier evasión similar? 
Pues entonces lo pasaremos muy mal con este tránsito de Saturno en conjunción a nuestro Sol.

¿Es el tránsito de Saturno entonces bueno o malo cuando nos hace su visita? Ni una cosa ni la otra, es simplemente “justo”, nos dará lo que necesitemos para intentar que hagamos algo útil y positivo con nuestra vida.

Debemos darnos cuenta de que los tránsitos es la manera en que la Vida, o nuestro Ser Superior, o nuestra Conciencia o Alma, intenta que hagamos en nuestra vida lo que hemos venido a hacer, y desde luego que perdernos en los aspectos más bajos y negativos solo nos traerá dolor y confusión, a nosotros mismos y a quienes nos rodean.

Esta es la forma correcta de interpretar un tránsito: ¿qué simboliza el planeta transitante? ¿qué simboliza el planeta transitado? ¿cómo está en este momento ese planeta natal? ¿cómo está en la carta natal ese planeta originalmente, hemos superado ya las dificultades de algún aspecto difícil que pudiéramos tener con ese planeta, cuadraturas, oposiciones, etc.?
Cuando tenemos el tránsito es el momento de hacernos estas preguntas. 

No hay que temer ningún tránsito de ningún planeta, el propósito final es ayudarnos a evolucionar.

-Tránsitos y Conciencia. Miguel Caparrós