sábado, 2 de mayo de 2020

LA FORTUNA EN LAS CASAS (CASAS 9 a 12)

La Fortuna en la Casa 9

 La Fortuna en esta Casa permite al individuo experimentar su mayor felicidad mediante el descubrimiento de la verdad. 
Esta persona busca una realidad que está más allá de la existencia mundana experimentada en las relaciones cotidianas.

 Esta persona a menudo se verá y oirá a sí mismo expresando pensamientos que sabe que no son totalmente ciertos. Uno debe aprender a aceptarlo como la expresión de parte de lo que es absorbido mediante la experiencia humana de aparente dualidad.
Si uno desea que la parte de la Fortuna en la 9ª Casa funcione bien, hay que entender que la verdad puede conocerse a partir de la conciencia de la falsedad.
Cuanta más dualidad se experimente y exprese, mayor necesidad habrá de que una verdad superior convierta la dualidad en unidad.

 La posición de la Fortuna en esta Casa crea una fuerte identificación con la divinidad, o con alguna representación personal de esa divinidad.
Los individuos con esta posición también experimentarán una gran conciencia y una única verdad universal, así como una armonía con las fuerzas de la naturaleza.
Así, estas personas buscando las satisfacciones de la naturaleza y la experiencia de la realidad superior, deben aprender a vivir y a funcionar en un mundo cotidiano de ideas y pensamientos que parecen de menor importancia.
No sólo tiene que tolerar dichas ideas, sino comprender lo necesarias que son para funcionar en la vida cotidiana. 
De este modo, llega a entender que la aparente dualidad entre estas dos formas de comunicarse, la cotidiana y la más profunda y elevada, son igualmente necesarias y complementarias.

 La independencia, compensada por el entendimiento, es la llave de la felicidad para este individuo. Una gran felicidad le llegará desde su poderoso sentimiento de relación con el universo.
Existe una gran cantidad de suerte implícita en esta posición, y la mayoría de ella procede de recursos que el individuo descubre por sí mismo.
Aunque le resulte difícil entender por qué la gente anda por la vida de la forma más penosa y dura, nunca debe abandonar su propia posición, puesto que si se para a corregir las ideas y actitudes de los demás, puede hundirse fácilmente en el barro y privarse a sí mismo de la felicidad que le espera a lo largo de su trayectoria particular.

 No hay duda de que tiene muchas cosas que enseñar a los demás, y nunca dejará de intentarlo. No es hasta que se vuelve indiferente a cómo son recibidas sus enseñanzas que empieza a sentir en realidad la altura y el aliento de su conocimiento, su verdadera función y la
auténtica valía de la gente.
Es en este punto donde empieza a adquirir una visión del cuerno de oro al final de su arco iris.

La Fortuna en la Casa 10

 Un individuo con esta posición alcanzará su mayor felicidad con el cumplimiento de los objetivos tradicionales y específicos que él mismo ha elegido y definido.
Existe aquí un deseo de ser aceptado por la sociedad y por aquellos que ostentan cargos de autoridad.
Los beneficios de la Fortuna en esta Casa nunca llegan con facilidad, sino que deben ganarse mediante un esfuerzo constante. 
Cuando la persona desarrolla una madurez real, no sólo añadiendo años a su vida, el mundo se ve sin ilusiones y con una gran comprensión.

 La Fortuna en esta Casa puede definir cargos de responsabilidad y autoridad para este individuo. Es interesante darse cuenta que la responsabilidad y la autoridad reflejan la capacidad que puede tener una persona para poder orientar y preocuparse por otras personas.
Esto es un reflejo de la Casa 4 opuesta y complementaria, que nos hace conscientes de que nuestros objetivos y necesidades están directamente relacionados con los de la gente que nos rodea.

 Generalmente existe un fuerte sentimiento de moralidad basado tanto en la disciplina de la primera infancia como en la educación religiosa. Por un lado este sentimiento restringe y limita considerablemente el radio de acción del individuo, pero no obstante, en un sentido positivo, hay una fuerte corrección del carácter que respeta los derechos de los demás, y que reconoce la responsabilidad y las obligaciones personales.

 El sentimiento de esta persona del gozo de conocer que es un ser humano competente, constituye una gran fuerza que crea un aura de confianza y autorrespeto.
Se convierte en un faro para todos aquellos que aún están buscando y evolucionando; un ejemplo válido que puede ser usado como guía por otros.

La Fortuna en la Casa 11

 La Fortuna en esta Casa se asocia con visiones de la belleza y del desarrollo de la humanidad y de la creación.
Verdaderamente esta es la única posición del horóscopo donde un individuo puede lograr ser consciente de la evolución del hombre, y para que pueda sentir con certeza el objetivo esencial de la existencia.
Esta persona también es tremendamente independiente, porque dicha conciencia le libera de los problemas cotidianos y de las luchas de la humanidad, y le eleva hacia una consciencia del “aquí-ahora”, el eterno presente. 
Sin embargo, está claro que no todo el mundo podrá aceptar o comprender fácilmente esa perspectiva.

 Existe un constante sentimiento de que uno “debe hacer algo”, o crear. Sin embargo, este sentimiento no es más que una experiencia intensificada del poder creativo que le ha sido dado al hombre como coautor de la creación. 
Si uno no identifica este impulso como algo propio, entonces podrá encontrar una salida prácticamente en cualquier acción, proyecto o relación.
La tendencia que hay que erradicar aquí es la idea de que es “nuestra energía”. Es sólo energía. Canalizada impersonalmente, sirve para todo; acaparada o utilizada de forma egoísta, sólo encontrará impedimentos y limitaciones.

 La Casa 11 atrae a la gente que piensa de modo similar. De este modo, esta posición pondrá en contacto al individuo con personas brillantes, inteligentes y de algún modo insólitas, hablando según los estándares sociales habituales.
Esta persona encontrará buena fortuna a través de amigos que aportarán alegría a su vida, y que también animarán la perspectiva y la imaginación mutua con optimismo e ideas inspiradas.
También tenderá a disfrutar soñando sobre el futuro de la humanidad, viéndose a sí mismo tanto el catalizador como el producto de ese futuro.

 El mundo necesita de visionarios y soñadores. Las grandes religiones se fundaron en visiones inspiradas de individuos peculiares. 
Los inventos más importantes proceden de un mismo tipo de visión. Toda la evolución de la humanidad se ha construido sobre ese tipo de visiones y de sueños.
Esta es la clase de belleza que puede experimentar el individuo con la Fortuna en la Casa 11.
No se siente limitado por las restricciones de la sociedad. Puede explorar las posibilidades aún no concebidas por el mundo y comprender su impacto en la sociedad y en su evolución.
Puede cuestionar libremente las estructuras y tradiciones que han sido ciegamente aceptadas por una gente demasiado aferrada a su propia vida como para tener tiempo de mirar, ver y saber qué hay allí.
Estas personas serán consideradas como diferentes, radicales, excéntricos, o quizá un poco raros.

 El cuerno de oro para esta posición es un sentimiento de maravilla y de belleza, y el goce que de ellas se deriva. El conocimiento de cuál es el verdadero lugar del hombre en la vida, así como la responsabilidad de manifestarlo.
La persona con la Fortuna en esta Casa, alegre y voluntariosa, se convierte en un canal para la verdad y para la evolución de toda la humanidad, así como del planeta donde vive.

La Fortuna en la Casa 12

La Fortuna en esta Casa indica que la persona alcanzará su mayor gozo y felicidad mediante su armonización con su Yo interior. 
De este modo podrá satisfacer el deseo de comprender las fuerzas invisibles que mueven el Universo.
Nuestro Yo interior es, de hecho, el mismo que el Yo Mismo, el cual es el Todo de la Creación.
La Fortuna en la Casa 12 proporciona al individuo la oportunidad de descubrir la unidad de esas realidades aparentemente separadas, y la veracidad de la existencia de una Única realidad.

 Las dotes de observación de Mercurio, (regente de Virgo, la Casa 6 como opuesta a la 12), y los poderes del amor compasivo y de la intuición de Neptuno, se unen para transcender las experiencias cotidianas de la vida.
Así, los acontecimientos pasajeros, los sentimientos e ideas, son vistos tal como son, algo momentáneo y temporal, y de este modo la experiencia de la propia vida se vuelve más amplia y profunda, libre de los evidentes efectos de las influencias externas.

 Con la Fortuna en la Casa 12 nos encontramos con la culminación de todas las anteriores posiciones de la fortuna en las Casas. 
El ciclo y el objetivo se ponen de manifiesto y se completan. El escenario está preparado para un próximo ciclo y un objetivo más elevado.
Este individuo tiene la gran suerte de poseer las “llaves del reino”, si quiere usarlas.
Silenciosos períodos de meditación y soledad hacen mucho para reponer sus fuerzas, y para ayudarle a recordar las grandes verdades de la vida y de la naturaleza.
Sería útil si estas actividades se convirtieran en parte habitual de su propia vida.

 Esta es una posición muy especial para la Fortuna, dado que en ella se mantiene la promesa de acercar al individuo a Dios.
Cuando uno empieza a sentir la esencia de todo, se une con la fuente de la fuerza interior. Entonces es posible que uno logre fluir con la corriente de la iluminación.

 A la Casa 12 se le ha llamado la Casa del escapismo, pero esto no es necesariamente así. Es una huida de la prisión interior en la que vive el hombre si experimenta la realidad limitada que no va más allá de lo que ve, toca o siente como una emoción personal.
La Casa 12 transciende todo eso brindando al individuo la oportunidad de saber que en su alma es libre, que todo es realmente uno, y que existe una verdad más grande para que podamos experimentarla.
¿Qué alegría y felicidad más grande puede existir que alcanzar una conciencia tal?
¿Qué mayor satisfacción puede experimentar el hombre que la de saber que todas sus auténticas necesidades serán siempre atendidas porque es uno con el gran proveedor?

-La Fortuna en el Horóscopo. M. Schulman


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