jueves, 8 de marzo de 2018

SATURNO EN LA CASA VI, O EN VIRGO NATAL


Con Saturno en esta Casa tendemos a hacer nuestros trabajos de forma metódica, con gran capacidad para trabajar duro durante mucho tiempo, y con mucha paciencia y tolerancia.

Muy perfeccionistas, nos gusta especializarnos en aquellas tareas donde nos sentimos cómodos y seguros.        Con tendencia a estar siempre trabajando, tratando de mejorar, si se puede, el resultado de nuestra labor.

Pero si faltara cierta moderación, a la hora de ser tan perfeccionistas, podríamos caer en el extremo de bloquearnos, por sentir que somos torpes y que no podemos hacer las cosas bien.


Tendemos a la búsqueda de trabajos sencillos, en que no tengamos que competir con nadie, y tan rutinarios que no quepan sobresaltos ni retos que nos pudieran superar.

El miedo a no ser capaces de alcanzar esa perfección que buscamos, nos puede producir enfermedades que nos eviten tener que ir a trabajar por un tiempo.


También puede suceder todo lo contrario, como es habitual en Saturno, que a modo de compensación, nos volvamos adictos al trabajo, hasta el extremo de no saber “desconectar” y relajarse.

Les puede resultar difícil aprender a relajarse cuando están fuera del trabajo, para poder disfrutar del tiempo libre, ya sea solos o acompañados.


Y en todo esto, en realidad subyace un temor a enfrentarse a su vulnerabilidad en las relaciones íntimas.              No es posible que vivamos sólo para el trabajo y pretendamos que nuestras relaciones íntimas prosperen, mágicamente, en nuestra ausencia.

Debemos de hacer el esfuerzo consciente de apagar el teléfono, durante el fin de semana, sentarnos con nuestros seres queridos, y relacionarnos con ellos de una manera verdaderamente cercana.


Como es habitual, la Casa donde esté Saturno natal representa problemas que se remontan a nuestra primera infancia; y estos problemas suelen ser las dificultades que tuvimos que afrontar con las figuras de autoridad en nuestro hogar, o del entorno.

Tal vez fuimos vulnerables a las afirmaciones realizadas por alguno de nuestros padres, normalmente el que ejercía un dominio psicológico sobre nosotros. 

Tales afirmaciones pudieron ser críticas que pretendían señalar nuestras fallas o defectos. Y así, suponemos, que sólo no cometiendo errores puede uno salir airoso y tener éxito, sin ser criticado.

Tal vez nos programaron, durante la infancia, para ser siempre útiles y ser capaces de soportar el estrés emocional, que suele destrozar a la mayoría de la gente: ”No se permiten lágrimas, ni quejas, ni pereza alguna”.


El problema es que no somos máquinas, y tarde o temprano pagaremos las consecuencias. Debemos ser conscientes de esos patrones negativos grabados en nuestra psique, y hacer el esfuerzo de ser flexibles y tolerantes en nuestro trabajo, y en la vida en general.

Y no nos olvidemos también de sonreír, cuando realicemos nuestra labor; esto repercutirá favorablemente en nuestras relaciones.

Si se maneja con eficiencia, este Saturno sugiere que, la gente en el trabajo puede admirar nuestro ordenado enfoque y nuestro temperamento calmado y razonador.

Podemos convertirnos en una firme ancla para muchas personas en nuestra vida.


-Bil Tierney: "Las doce caras de Saturno"



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