domingo, 25 de febrero de 2018

SATURNO EN LA CASA V, O EN LEO NATAL

En algún momento, durante los años de formación, nuestro sentido de autoestima tal vez se haya visto lastimado.

Nuestro padre, o nuestra madre, nos hicieron sentir diminutos, poco merecedores o dolorosamente insignificantes.

El resultado de todo esto es la formación de un ego frágil. 

Dudamos de nuestros talentos creativos y nos cuesta comportarnos espontáneos y alegres, por un posible complejo de inferioridad y mucha frustración.

Podemos sentirnos incómodos en esos ambientes donde hay una gran cantidad de público, los cuales están diseñados para la felicidad masiva.

O, como Saturno es un maestro del disfraz y el disimulo, aparentar ser muy divertidos y alborotadores.


Muchos textos astrológicos antiguos se refieren, una y otra vez, a la manera en que Saturno nos niega, en la Casa V, la posibilidad de tener descendencia, o nos presenta la crianza de los hijos como una carga grande.


Pero, si hacemos un autoanálisis sincero, nos ayudará a comprender por qué tenemos tantos inconvenientes en lo que a los hijos se refiere.


Con Saturno en la V Casa, a menudo no tuvimos una infancia feliz, debido a que hemos tenido que refrenar nuestra jovialidad infantil, a fin de ganar la aprobación de nuestros padres, o figuras de autoridad.

Más tarde crecimos y nos dimos cuenta de que sabemos muy poco acerca de ser niños, sobre todo pequeños niños tontos, ridículos, desaliñados y bulliciosos. 

Así, psicológicamente, pudiera ser que nos neguemos ante la posibilidad de tener hijos, rechazando primero la voz de nuestro propio niño interior.


Nuestros padres (y primer modelo), por lo general fueron adultos rígidos y ordenados, y seguramente reprimieron sus emociones y no pudieron, o no quisieron, jugar con nosotros.
Y este suele ser el tipo de adultos en que nos convertimos.


Deberemos dejar un espacio de libertad a nuestros hijos, para que jueguen alegre y espontáneamente, sin interferir en ello.


La sabiduría de Saturno nos dice que necesitamos crecer y convertirnos en niños a medida que envejecemos, y una vez que nos encontremos emocionalmente seguros en nuestro espíritu de niño, al final podremos aprender a jugar.


En cuanto a los romances, nos costará abrirnos de verdad, por miedo al rechazo. 

O pondremos excusas, para no enfrentarnos a ello, diciéndonos que no ha aparecido la persona “adecuada”, y a veces nunca aparece; o mejor expresado es que, en realidad, no nos atrevemos a mostrarnos vulnerables y que nos hagan daño.


Un desafío importante aquí, no es conseguir un amor, sino ser capaces de dar amor al otro.


Saturno pondrá a prueba nuestra capacidad de ofrecer amor con valentía, con confianza en uno mismo y sin remordimientos.

A veces podemos preguntarnos si en verdad somos personas cálidas y dignas de amor.

Podemos albergar profundas inseguridades respecto de nuestra capacidad de compartir nuestro ser, en cuerpo y alma, con el objeto de nuestro amor.



-Bil Tierney. "Las doce caras de Saturno"




2 comentarios:

  1. Hola, realmente me siento identificada con todo lo que mencionas, es tan cierto Saturno en la casa 5 y sobre todo en aries (mi caso) no es nada fácil, me cuesta hallar mis talentos, incluso mi identidad y sobre todo expresar mis emociones.
    Gracias por compartir información.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alondra Salvador, todos hemos nacido con Saturno en algún área de nuestra vida, es decir todos tenemos desafíos y retos a los que debemos enfrentarnos.
      El primer paso es hacerse consciente del problema, del bloqueo, del miedo, y luego poco a poco y con mucho amor y paciencia con nosotros mismos ir avanzando en la resolución de esa cuestión.
      Ánimo, si la vida te ha puesto ese reto es porque puedes enfrentarte a él y vencerlo. Quiérete, aprende a valorarte, aprende a ser cálida y a abrir el corazón. Ese es el camino. Un saludo

      Eliminar

(Deja tu comentario. Lo publicaré en cuanto lo vea).