QUIRÓN
Y LA HERIDA DE NACIMIENTO
Una vez un hombre, llamémosle José, nació con una
cuadratura de Quirón a Mercurio, y una oposición de Saturno al Sol.Pareciera que el destino le hubiera jugado una mala
pasada, pues nació sin brazos (reflejo de esa cuadratura de Quirón a Mercurio),
y además su padre murió al poco de nacer él (reflejando así esa oposición de
Saturno al Sol).
En todas las Cartas Astrales suceden cosas así: las
cuadraturas y oposiciones, sobre todo, indican tensiones y dificultades, a
veces aparentemente insuperables.
Podemos quedarnos toda la vida lamentándonos por una
infancia infeliz, o por las carencias con que vivimos nuestros primeros años de
vida.O bien podemos tomarnos esas dificultades como un trampolín
para vencer nuestros miedos y debilidades, o quedarnos en un rincón, amargados
y resentidos porque no tuvimos la “suerte” de tener otra clase de vida, o de
padres, o de lo que sea.
Me gustaría terminar esta historia contando que José fue
uno de esos valientes que andan por ahí, pintando con la boca o tocando música
con los pies, siendo un ejemplo vivo de la grandeza humana, que es capaz de
sobreponerse ante cualquier carencia o dificultad, por grande que esta sea.Pero prefiero terminar con una pregunta: “si tú fueras este
José cuya historia he retratado arriba, ¿qué hubieras hecho con tu vida?, ¿eres
de los que se sobreponen ante las dificultades, o de los que sucumben ante el
menor tropiezo?”.
La Carta Astral, o nuestro “destino”, no es ninguna excusa
para quedarnos bloqueados y sin hacer nada constructivo con nuestra vida.La Carta Astral sólo refleja qué lecciones tendremos
que vivir.Si aprobamos o suspendemos es cosa nuestra, no del
destino.
Nuestra fuerza de voluntad es mayor que cualquier “destino
fatídico”.
-Miguel
Caparrós. Astrología Psicológica
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