Hermes, el dios griego que cuando apenas tenía un
día de vida, se sintió aburrido y salió de la cuna en busca de aventuras.
Era inventor e ingenioso, y un gran viajero. Se
encargaba de llevar los mensajes que Zeus le daba para comunicarse con los
demás dioses del Olimpo.
Mercurio es el dios romano equivalente al Hermes
griego. Representa nuestra característica mental personal.
Los emplazamientos de los Planetas por Signo y por
Casa, indican la manera más adecuada de llegar a alcanzar nuestras
potencialidades intrínsecas, o sea, la
forma más natural de llegar a ser lo que hemos venido a ser.
Una de las funciones de Mercurio es mantener vivo
dentro de nosotros al “niño interior”, esa parte nuestra que es eternamente
joven y está siempre abierta a la vida, sea cual fuere nuestra edad.
La Casa donde tenemos a Mercurio en nuestra Carta
Natal, es el ámbito de la vida en que podemos sentirnos eternamente jóvenes y
vitales.
Si tenemos, por ejemplo, a Mercurio en la Casa 9,
desarrollar nuestra capacidad de comprensión de la vida, y el tener una visión y
una filosofía personal acerca del
sentido de la existencia, nos hará sentirnos vivos y despiertos.
Si tuviéramos a Mercurio en la Casa 8, investigar todos
los temas ocultos o tabú de la sociedad, puede ser una aventura de toda una
vida.
Las terapias alternativas podrían darnos un campo de
estudio y práctica que nos hagan estar bien con nosotros mismos, y al mismo
tiempo de ayudar a otros, si tuviéramos esa inquietud.
El poder del pensamiento es enorme, así como el de las
palabras.
Dicen los ocultistas que la energía sigue al
pensamiento, y así se está demostrando actualmente con los diversos estudios
que van saliendo a la luz.
El cerebro es un ordenador, pero el pensamiento es el
software, el sistema operativo que le dice al ordenador qué tiene que hacer y
crear.
El pensamiento es creador; en realidad creamos nuestra
vida con nuestros pensamientos.
No es pues, Mercurio un planeta menos importante que
los demás planetas.
La misión de Hermes consistía en llevar a la gente de
la tierra la sabiduría y el entendimiento de Zeus.
De modo similar, Mercurio nos proporciona la capacidad
de aplicar en la vida cotidiana cualquier intuición “superior” o visión
espiritual que pudiéramos tener.
Cuando Mercurio está en aspecto con Saturno, esta
persona tendrá que esforzarse en profundizar su forma de pensar, y ser más
reflexiva de lo habitual, y así alcanzará el don de la sabiduría.
Si Mercurio está en aspecto con Júpiter, se sentirá
atraído por la búsqueda de la verdad, y de una filosofía que dé sentido a su
vida.
Y Mercurio por Signo nos indicará cómo funciona nuestra
mente: con Mercurio en Cáncer nuestros pensamientos estarán influidos por
nuestras emociones, y nos preocuparemos de las necesidades de nuestra familia.
Con Mercurio en Escorpio tendremos una tendencia innata
a ahondar más allá del nivel superficial de la existencia, buscando una comprensión
profunda del funcionamiento de todo en la vida, y de nosotros mismos.
Conocernos bien y expresarnos como realmente somos, tal
como indica nuestro Mercurio natal, nos ayudará mucho a lograr equilibrio y paz
duradera.
-ASTROLOGÍA
Y MITOS
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