martes, 3 de octubre de 2017

Quirón en Acuario y Casa 11

 Las personas que tienen a Quirón en las Casas XI o XII, en Acuario o Piscis, lo mismo que quienes lo tienen en la Casa VIII o en Escorpio, suelen estar intensamente conectados con la profundidad de la psique y con el inconsciente colectivo, pero también se defienden enérgicamente de todo ello.

 Hay que poseer una gran fuerza para poder dar expresión a ideas (Casa XI), o sentimientos colectivos (Casa XII), sin dejarse llevar por ellos ni perder la propia individualidad en el proceso.

 Sin embargo, en estas Casas y estos Signos Quirón ofrece la posibilidad de que seamos capaces de hacerlo, aunque por ello se paga generalmente un precio: el de sentirnos un tanto aislados en nuestro viaje.

 Con este emplazamiento de Quirón, somos vulnerables a la influencia del inconsciente colectivo, en la esfera de las ideas y de los ideales.
 Aunque tengamos la posibilidad de ser pensadores originales y revolucionarios, también somos propensos a adoptar actitudes estereotipadas.
 En vez de tener nuestras propias opiniones, pudiéramos adoptar las del grupo o tendencia que seguimos.
 Existe el peligro de que nos dejemos esclavizar por las ideas de otra persona, sin darnos cuenta de que así frenamos nuestra evolución.

 Con este emplazamiento de Quirón, el nativo se beneficiará si aprende a usar su mente individual de manera creativa, concreta y con un discernimiento racional.
 Si es capaz de construir un vehículo adecuadamente saturnino para transmitir la energía uraniana de sus pensamientos, descubrirá que puede aportar a los demás algo importante por mediación de una forma de pensar verdaderamente independiente.

 Estos nativos suelen tener una actitud intensamente crítica ante la sociedad, y la rechazan en la medida de lo posible.
 Por debajo de ello, sin embargo, puede haber un fuerte deseo de aportar una contribución positiva, y si no pueden encontrar la manera de hacerla, es probable que se depriman y se enojen, y que canalicen entonces su necesidad en actos de rebelión, destructividad y anarquía.

 Sin embargo, con Quirón aquí tenemos, potencialmente, el don de equilibrar los opuestos representados por Saturno y Urano, de tender realmente un puente entre lo viejo y lo nuevo, y ser capaces de abrazar la innovación sin rechazar totalmente el pasado.
 Entonces influimos sobre los demás de forma positiva, dando el ejemplo de un inconformismo creativo, más bien que intentando convencerlos de la "corrección" de nuestras ideas.

 Defendemos nuestra propia individualidad y hacemos una contribución positiva al colectivo en que vivimos, aunque sea improbable que lleguemos a pertenecer al status quo.
 Aceptando las limitaciones e imperfecciones, podemos permitir que los demás encuentren su propio camino, en vez de imponerles nuestras ideas.

 Mientras no hayamos encontrado la medida de nuestra libertad interior, es probable que temamos comprometernos.
 Sin embargo, Quirón proporciona la posibilidad de mantener la libertad individual dentro de un compromiso con la vida, y esto es particularmente importante cuando Quirón se encuentra en Acuario.

 Este emplazamiento puede inspirar, en quienes lo tienen, un cierto horror a los grupos y a lo colectivo, en parte porque son muy sensibles a la influencia y el dominio de las ideas colectivas, y quizá sólo se sienten cómodos cuando son dueños de sí mismos, o cuando toman el papel del extraño o del disidente.

 Es frecuente que las mujeres que tienen este emplazamiento tengan problemas en la relación con su padre, que quizá haya encarnado las características más difíciles de Acuario: frío, crítico, distante, insensible y autoritario.

 La claridad mental, la capacidad de tener una perspectiva equidistante y neutral de las cosas , un sentido sumamente desarrollado del potencial social, religioso o político, y una gran capacidad para expresar las tendencias actuales dentro de lo colectivo, son algunos de los dones de este emplazamiento.
 Capacidades que sin embargo también son, a la vez, espadas de doble filo que es necesario templar mediante la humildad que proporciona el hecho de haber sentido nuestro propio sufrimiento y aceptado las limitaciones inherentes de la vida.

-Extractado del libro: Quirón, de Melanie Reinhart



No hay comentarios:

Publicar un comentario

(Deja tu comentario. Lo publicaré en cuanto lo vea).