martes, 11 de octubre de 2016

ASTROLOGÍA Y DESTINO

La idea de que cada uno de nosotros tiene un  conjunto peculiar de potencialidades ávidas de realizarse es muy antigua.


San Agustín escribía que “dentro de mí hay uno que es más yo mismo que yo mismo”.

La psicología moderna asigna muchos nombres diferentes a la búsqueda perenne “de ser aquello que verdaderamente se es”; el proceso de individuación, la autorrealización, el desarrollo del sí, etc.


Sea cual sea la etiqueta que se le ponga, el significado subyacente está claro: todos tenemos ciertas potencialidades y capacidades intrínsecas. 

Y lo que es más, en algún profundo rincón de nosotros mismos, somos conscientes de nuestra verdadera vocación, de nuestra verdadera naturaleza. 
Nuestra satisfacción, nuestra felicidad y bienestar dependen de que descubramos ésto, que “sepamos” qué hemos venido a ser, y cooperemos con su realización.

La forma más común de desesperación es la de no ser quienes realmente somos. 

Y una desesperación aún más profunda resulta de ser alguien diferente a lo que uno en esencia ha venido a ser.


Pero, ¿cómo podemos conectarnos con esa parte de nosotros que sabe lo que podríamos ser? ¿Cómo podemos volver a encontrar la senda una vez que la hemos perdido? ¿Hay algún mapa que pueda guiarnos en el viaje de regreso a nosotros mismos?
La carta natal astrológica es un mapa de esa naturaleza. Es una imagen del cielo tal como se aparecía en el lugar y el momento en que nacimos, y retrata simbólicamente nuestra propia y peculiar realidad, con su pauta innata y su íntimo designio.

  Nuestro ser no es sólo un don que se nos hace, sino una exigencia que se nos impone, y a nosotros nos incumbe hacer de nosotros mismos aquello que estamos llamados a ser. 

  Finalmente, nadie más que nosotros es responsable de lo que hacemos con nuestra vida, y del grado en que aceptamos o rechazamos nuestra auténtica naturaleza, nuestro propósito vital y nuestra identidad.

  La carta natal es la mejor guía que tenemos para el viaje de regreso a nosotros mismos.


Howard Sasportas- Las Doce Casas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

(Deja tu comentario. Lo publicaré en cuanto lo vea).