viernes, 10 de febrero de 2017

LA CASA 12 Y LA IRA


Ésta es la llamada Casa “de lo oculto”. 
Simboliza el ámbito del inconsciente, el colectivo y el personal. Y a menudo es aquí donde está nuestra “sombra”, esos aspectos de nosotros que nos asustan, que nos dominan algunas veces, y todo aquello que no queremos ver en nosotros mismos.

Solemos proyectar en los otros esos rasgos negativos que no reconocemos ni aceptamos que tenemos. 

Por ejemplo, cuando alguien tiene a Marte en su Casa Doce, suele haber algún tipo de problema con la expresión de la agresividad, con la capacidad de defenderse y hacerse valer.
Frecuentemente estas personas han visto reprimida su propia agresividad; y su capacidad de expresar el enfado o sus rabietas, cuando eran niños, fueron reprimidas bruscamente, bien por un padre autoritario (a veces es la madre), o por comentarios que recibieron de alguno de los dos progenitores que pudieron criticar fuertemente al niño/a diciéndole algo así como: “las niñas se callan”, o “¿quién te has creído tú que eres?”, o cualquier otro comentario tajante e hiriente.
Entonces ese niño crece con una rabia interna que le cuesta expresar; y aún más, que le cuesta expresar constructivamente.

A veces, en estos casos, proyectamos al agresor “afuera” de nosotros, y atraemos a personas o situaciones violentas sobre nosotros.

O puede que nos convirtamos en “niños adaptados”, incapaces de expresar nuestro enfado.
Está claro cuál será el resultado entonces: jaquecas recurrentes a causa de la tensión interna que no sacamos afuera.
O explosiones violentas cuando no podemos soportar más esa energía reprimida de enfado.
O tal vez desarrollemos un tipo de agresividad pasiva que, con nuestros comentarios mordaces e hirientes, conseguimos sacar afuera esa energía, aunque sea el otro quien la exprese y nosotros quedemos como “un santo que no ha roto un plato en su vida”, cuando en realidad somos los causantes de esa ira que el otro ha expresado por nosotros.

¿Cuál sería la forma saludable de encarar este asunto de Marte en la Casa Doce?

En primer lugar reconocer nuestra ira, ver nuestra tendencia a irritarnos a menudo, a causa de esa tensión psicológica que solemos tener, aunque no sepamos realmente de dónde nos viene.

En segundo lugar aprender a decir “no” cuando queramos decir “no”, y a decir “sí” cuando queramos decir “sí”. 
O sea, aprender a expresar lo que nos agrada, y sobre todo, lo que nos desagrada en cada situación y momento de nuestra vida.

Aprender a defendernos.

Marte es la espada defensora de nuestro Sol (nuestra identidad), y su energía es necesaria para el desenvolvimiento natural de nuestra vida.

Aprendamos a ser honestos, sobre todo con nosotros mismos, y a decir lo que sentimos de verdad, no lo que “es conveniente” que digamos.

Por cierto, la Casa Doce simboliza también nuestra etapa intrauterina, cuando estábamos en el vientre de nuestra madre, antes de nacer.
Y cuando Marte está aquí, durante el embarazo nuestra madre pudo vivir momentos de mucha tensión y nerviosismo. 
Tal vez estaba asustada o fuera víctima de malos tratos. 
O puede que estuviera muy enfadada por alguna persona o circunstancia durante el tiempo de nuestro embarazo, y eso es lo que nos transmitió a nosotros, a través de la sangre y del sistema hormonal.
Durante el embarazo, lo que siente la madre lo siente también el niño que está en su vientre.

Haríamos bien en investigar esto, si fuera nuestro caso, y reconocer de dónde nos viene ese malestar.
 Tal vez es algo heredado por esas vivencias, más que una realidad de este momento, y puede que por eso ahora solemos estar tan sensibles y susceptibles ante esos temas “marcianos”.
Son ecos del pasado que aún hoy seguimos oyendo en nuestro interior.


-Miguel Caparrós. Astrología Psicológica.


1 comentario:

  1. Hola, este análisis en casa 12 me describe absolutamente. Ha sido un gran problema toda mi vida. Encima está en aries, con lo cual la energía es más fuerte

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