Cuando tenemos algún
Planeta retrógrado en nuestra Carta Natal la expresión natural de la energía
representada por ese Planeta se ve dificultada.
Por ejemplo, si fuera
Marte el que tuviéramos retrógrado, el hacernos valer y luchar por nuestros
objetivos en la vida, normalmente se verá dificultado o impedido.
Es como si “algo”
sucediera que nos frenase y nos impidiera actuar, cada vez que quisiéramos
avanzar o hacernos valer, en cualquier situación de nuestra vida que lo requiriese.
Visto así pareciera que
tener a un Planeta retrógrado fuera “un mal Karma” con el que uno tuviera que
vivir para siempre, teniendo que resignarse porque no podemos hacer nada por
cambiar un destino que “ya está escrito.”
Pero no es así como funciona
la vida.
Si lo enfocamos desde la perspectiva de que un Planeta retrógrado es
un Karma, una deuda o lección pendiente que tendremos que afrontar y vencer si
queremos ser felices y sentirnos realizados, entonces un Marte retrógrado
estaría reflejando algo así como que en otra vida abusamos de nuestro poder, y
tal vez fuimos agresivos con los demás, dejando muchas personas heridas por
nuestra falta de tacto.
Entonces, en esta vida, al
tener ese Marte retrógrado y dificultar la expresión hacia afuera de esa
energía, naturalmente se introvierte.
Los
resultados físicos de la represión de nuestra ira o enfado, o de ser incapaces
de afrontar resueltamente cualquier adversidad, serán: Jaquecas recurrentes,
depresión, cansancio crónico, problemas de sangre (anemias, etc.)
Entonces ¿qué sentido
positivo puede tener un Marte retrógrado, o cualquier otro Planeta?
El no poder
expresar normalmente dicha energía nos forzará a que reflexionemos más, a que
nos planteemos si las cosas se pueden expresar de otra manera, y nos forzará a
encontrar nuevas vías de canalización de la energía reprimida.
En el caso de Marte, no nos
quedará otro remedio que aprender a ser más asertivos, en vez de agresivos o
arrolladores; es decir, a expresar nuestro enojo o a defender nuestros intereses
de forma firme, pero sin herir a nadie, utilizando frases como estas: “Eso que
me estás diciendo me molesta, dímelo de otra forma”, o “prefiero no hacer lo
que me pides, pues mis intereses van por otro lado”, y frases por el estilo.
Habré aprendido la lección
que tenía pendiente para esta vida, y comprenderé que para dar mi opinión, o
para decir que algo me gusta o disgusta, no hace falta emplear la agresividad
de un Marte descontrolado, impulsivo y torpe.
Una vez aprendida la
lección, ese Planeta comenzará a funcionar como si estuviera directo, en vez de
retrógrado.
Y yo me
habré convertido, en el proceso, en una persona más equilibrada y feliz.
Así
funcionan los Planetas retrógrados.
Habré “limpiado mi Karma”.
- ASTROLOGÍA PSICOLÓGICA. Miguel Caparrós
Wao yo tengo ,jupiter, saturno ,urano u neptuno en retrógrado, incluyendo el nodo norte y sur
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