jueves, 25 de mayo de 2017

Vidas pasadas


PLUTÓN Y LAS VIDAS PASADAS

Los que creen en la reencarnación dicen que 

el alma humana recorre un camino hacia la 

perfección, y que para llegar a su objetivo 

necesita muchas vidas.

En cada nueva encarnación llevamos con 

nosotros nuestro karma, es decir, las experiencias 

por las que hemos pasado en vidas anteriores. 

Lo que hemos hecho en otras existencias influye en 

lo que vamos encontrando en el ciclo actual.


No me propongo discutir la verdad de la filosofía del 

karma y de la reencarnación, sin embargo, a las

personas que creen en esta teoría puede interesarles 

estudiar los tránsitos de Plutón en función del karma

que traemos de vidas pasadas.

El tipo de emociones y de sentimientos que moviliza 

Plutón no sólo se originan en la niñez, sino también 

en experiencias de vidas anteriores.


Por ejemplo, si cuando este planeta 

forma un aspecto por tránsito con nuestro Venus

natal conocemos a alguien que nos atrae

poderosamente, esto puede significar que es una 

persona a quien conocimos en una encarnación

anterior y que ha vuelto a nuestra vida porque

todavía nos queda por resolver algo pendiente del 

pasado.

O, bajo la influencia de este tránsito, nuestra pareja 

actual puede abandonarnos o engañarnos porque en

otra vida nosotros le hicimos lo mismo.


La casa por donde transita Plutón indica también el

ámbito de la vida a través del cual estamos en 

contacto con nuestro karma.

Si el planeta transita nuestra casa once, por ejemplo,

una situación planteada en un grupo, o bien con un 

amigo, puede movilizar dolorosos ecos de vidas

pasadas.


No siempre el karma es malo. También las

capacidades, los talentos, los recursos y los puntos 

fuertes que hemos cultivado en vidas anteriores

pueden reaparecer en nuestra existencia actual.

Por ejemplo, cuando Plutón recorre la casa sexta, es

probable que volvamos a descubrir una habilidad o

un don que hemos desarrollado en una vida anterior.


Vistos en función del karma y de la reencarnación, ni 

los acontecimientos positivos ni las catástrofes con

que nos encontramos en la vida son fruto del azar o

de un accidente, sino que reflejan la acción de la 

justicia divina y sirven al alma en su viaje de

evolución y de retorno a la fuente divina.


A muchas personas, entender las dificultades 

actuales a la luz de esta filosofía les puede ayudar a

encontrar significado en lo que tienen que soportar. 

Al hallar una razón en virtud de la cual tienen que

afrontar esas pruebas o retos, son más capaces de 

encontrar las fuerzas y la resolución que les permitan

superarlos de forma constructiva.

Independientemente de que la teoría sea o no cierta, 

si se la entiende con prudencia y se la aborda con 

sentido común, puede ser muy valiosa en momentos 

de crisis.


-Howard Sasportas- “Los dioses del cambio”.







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