Afrodita era la diosa
griega del amor y la belleza. Cuando Cronos (Saturno) cortó los genitales de su
padre Urano y los lanzó al mar, entonces de la espuma de su semen nació
Afrodita.
Su equivalente en la mitología romana es Venus, la diosa del amor.
En realidad Venus simboliza
el amor por uno mismo, además de una sana autoestima. La Luna busca una
relación para conseguir seguridad y bienestar emocional, en cambio Venus busca
una relación para que le sirva de espejo en donde descubrirse a sí misma.
Para descubrir a nuestro
Venus debemos preguntarnos:”¿Qué es lo que más valoro?”, pues al elegir una
pareja buscamos a alguien con quien compartir alguno de los valores que más
apreciamos.
Y este es el significado más profundo de Venus: lo que se ama, ya
sea una persona, un objeto o un ideal, es como un espejo donde vemos reflejada
nuestra propia alma.
Si en la Carta Natal Venus
está bloqueada por aspectos difíciles, o “ha desaparecido” en la Casa 12, o
bien en nuestra familia se reprimió la expresión natural de los afectos,
entonces es frecuente que haya una pérdida del sentimiento de goce y de placer,
al mismo tiempo que una pérdida de la
confianza de la valía de uno mismo.
Este puede
ser un problema muy doloroso, pues si nuestro Venus está afligido en la Carta Natal,
entonces es frecuente que exista el sentimiento de no tener valor alguno, de
ser feo o indigno de amor, y de no merecerse la felicidad.
Y por lo
general esta imagen personal tan negativa de uno mismo tiene sus raíces en uno
de los padres, o tal vez en ambos, que pueden haber padecido el mismo problema
con su Venus, repitiéndose así el “karma” familiar que da como resultado una pobre
autoestima. Pues si no podemos valorarnos a nosotros mismos, tampoco podremos
valorar a los demás, ni siquiera a nuestros propios hijos.
Aquí me
viene a la memoria esas palabras bíblicas: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. Y si yo no me quiero a mí mismo por un problema de autoestima herida,
difícilmente podré querer a nadie más.
Ese es pues
el significado más profundo de Venus: el amor por sí mismo y la autoestima.
Y
si nos falta esto, a menudo nos vemos envueltos en relaciones amorosas que nos
dañan, pues elegimos parejas que nos tratan con la misma falta de amor con que
nos tratamos interiormente a nosotros mismos.
Realmente es
nuestra propia alma lo que necesitamos encontrar en nuestro interior,
independientemente de si tenemos pareja o no.
Aprender a
expresar y a desarrollar nuestros propios gustos y necesidades sentimentales,
nos pondrá en contacto con nuestra Venus interior, esa sensación de ser una
persona digna de ser amada, atractiva y valiosa.
Sólo si
encontramos el amor dentro de nosotros, y aprendemos a amarnos de una forma
saludable, podremos entonces amar realmente a los demás.
-ASTROLOGÍA Y MITOS
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