lunes, 17 de julio de 2017

Recuperando al niño interior


LA CASA 5 Y LA ALEGRÍA

La Casa 4 refleja cómo fue nuestro hogar durante la infancia, y la Casa 5 nos habla de cómo nos sentíamos cuando éramos niños.


Muchas veces nuestra infancia no fue todo lo feliz que hubiera sido deseable, por ejemplo cuando tenemos a Saturno  o a Capricornio en la Casa 5.

Entonces seguro que nos faltó alegría, entusiasmo y ganas de vivir alegre y despreocupadamente.


Después, cuando somos padres y tenemos hijos, tendemos a recrear esos primeros años de nuestra vida, imponiéndoles una disciplina algo estricta y con falta de disfrute del simple hecho de tener a nuestros pequeñuelos correteando entre nuestras piernas riendo alegremente, como cualquier niño necesita ser y expresarse.


Ni disfrutamos de nuestra infancia, ni disfrutamos de la infancia de nuestros hijos. ¿Qué hacer, entonces? Tal vez la forma más “sencilla” de cambiar estos hábitos y de forma de ser, sea cuando un tránsito importante activa nuestra Casa 5.


Un tránsito de Júpiter puede significar 1 año o un poco más, en que podemos buscar nuevas formas de conectar con nuestra infancia, con nuestro “niño interior”, y sanarlo.


Mediante el juego y las actividades creativas que nos faciliten entrar en contacto con nuestra energía infantil (puede ser un buen momento para ponernos a estudiar música, o pintura, o entrar en un grupo de teatro amateur, o cualquier otra actividad que nos haga sentir bien), nos pueden ayudar a reconectarnos con nuestra inocencia y con la espontaneidad que tal vez se nos negó en nuestra más tierna infancia.


También podría darse el caso de que durante este tránsito tuviéramos un hijo, y aprovecháramos para darle esa alegría y amor que tanto hemos necesitado nosotros mismos.

Este podría ser un momento excelente para que nos tiremos al suelo, y juguemos con los niños como si un niño más fuéramos ahora, y recuperar esos sentimientos de regocijo y placer sin ningún motivo en especial.

No sólo un tránsito del alegre y expansivo Júpiter podría ayudarnos a recuperar esto.


También un tránsito de Plutón puede ser transformador ahora, y destapar nuestra inocencia y alegría no expresada.


O uno de Neptuno, suavizando la rigidez y un sentido del deber demasiado estricto.


Incluso Urano puede despertarnos a esa infancia olvidada, para recuperar el tiempo perdido.

A menudo también con un feliz romance podemos tomar contacto con nuestra alegría y ganas de vivir.

No olvidemos que la Casa 5 es la de Leo, en el Zodiaco Natural, y su regente, el Sol, es nuestro verdadero ser, nuestra esencia más real.

Sólo conectando con nuestra alegría podemos reencontrarnos con nuestra más preciada esencia interior.



-OPINIONES Y REFLEXIONES. Miguel Caparrós


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