ASPECTOS BUENOS, ASPECTOS MALOS
Cuando uno ha realizado muchas Cartas Astrales a
diferentes personas, llega a la maravillosa conclusión de que no hay cosa tal
como Aspectos buenos y malos.
Los Aspectos son los grados
que separan a dos Planetas en el cielo.
Hay Aspectos que suelen ser
fluidos, como los sextiles (60°) y los trígonos (120°), y otros que suelen ser
más tensionantes o difíciles, como las cuadraturas (90°), oposiciones (180°) y
quincucios (150°).
Las conjunciones (0°)
dependen de los planetas implicados para poder valorarlos de una forma u otra.
Los aspectos difíciles que hay en una Carta Astral
son los retos y las lecciones que uno ha venido a vivir en esta vida. Son
exámenes que tenemos que pasar si queremos seguir madurando y evolucionando
adecuadamente.
Podemos verlos como el
“Karma” que uno trae de otras vidas pasadas; pero no como un castigo, sino como
esas lecciones que tenemos que volver a pasar, de modo que son como otra oportunidad
de aprender lo que no conseguimos aprender anteriormente.
Potencialmente todas las Cartas Astrales reflejan un
ser humano maravilloso y perfecto, cada uno según su propia idiosincrasia o
forma de ser.
Los Aspectos difíciles no son
sino esas barreras, o escollos, que nos separan de llegar a alcanzar a expresar
y a vivir esa vida equilibrada y madura.
Cuando tenemos Aspectos difíciles o retadores,
durante los años de inmadurez e inexperiencia, solemos expresar negativamente
esas energías; lo malo es que algunos no llegan jamás a cambiar esas
expresiones negativas en positivas.
Conforme conseguimos madurar,
las expresiones de esas energías se convierten en constructivas y equilibradas.
Por lo tanto, lo que
diferencia el que yo exprese positiva o negativamente una energía es mi grado
de madurez y de consciencia, o de inmadurez e inconsciencia.
Pongamos un ejemplo para ilustrar estas palabras:
imaginemos que yo tengo una Cuadratura de Plutón al Sol natal.
Lo normal es que
durante los años de inmadurez (lo cual puede durar toda mi vida) yo exprese esa
energía siendo una persona controladora y obsesiva, centrado en manipular a la
gente de mi entorno para conseguir lo que deseo, de forma normalmente
encubierta.
También es posible que me obsesione con temas sexuales, de un modo
que no me trae ninguna paz, sino todo lo contrario.
El lado oscuro y salvaje de
la vida me atraerá hipnóticamente, llevándome a hacer cosas de manera
compulsiva, en ocasiones.
Este, o alguno parecido, va a ser mi comportamiento
durante esos años de inmadurez.
Pero no es necesario que continúe así el resto
de mi vida.
Cuando las experiencias que
vaya viviendo me hagan tomar conciencia de que, de este modo, no tengo paz en
mi interior, ni tampoco mis relaciones son buenas, entonces tendré la
oportunidad de hacer algo constructivo e ir cambiando mi forma de ser y de
comportarme.
Empezaré a madurar y en vez de expresar todo lo negativo de ese
Aspecto, podré comenzar a expresar el lado constructivo de ese contacto entre
el Sol y Plutón.
Puedo emplear esa enorme
energía en cambiarme yo, en vez de intentar continuamente cambiar a los demás.
Puedo emplear esa tremenda
energía en transformar mi vida y mis circunstancias, y renacer a una nueva
realidad más elevada y positiva.
Puedo empezar a ver a los
demás con ojos profundos, y no ver sólo sus defectos y fallos, sino el
potencial que se esconde debajo de la superficie del mundo de las apariencias.
Puedo ayudar a los que estén
pasando por algún tipo de crisis a entenderse, y a amarse a sí mismos y
respetarse, para que puedan salir del pozo oscuro en que hayan podido caerse.
De esta forma, en mi Carta Astral seguirá estando
esa Cuadratura, pero yo habré superado la prueba, habré pasado ese examen y
alcanzaré la promesa del potencial positivo y enriquecedor que se esconde
debajo de cualquier Aspecto difícil o retador.
No hay nada malo en ninguna Carta astral, y ningún
Aspecto es malo por sí mismo; tenemos que aprender a mirar todo esto con ojos
despiertos y afrontar los Aspectos “malos” sencillamente como los desafíos que
yo he elegido venir a vivir.
No avanzaremos en la vida si
nos sentimos víctimas del destino, en vez de constructores de nuestro futuro.
-OPINIONES Y REFLEXIONES. Miguel Caparrós
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